25 Aug
25Aug

Una vez más los acontecimientos a nuestro alrededor, impresionantes y dramáticos que acaban de ocurrir impactan y golpean nuestro corazón, obnubilan nuestra razón y ponen en duda nuestro sentido común. 

¿Acaso muchos de los seres humanos estamos indiferentes a lo verdaderamente importante? ¿Es qué no compartimos los valores mínimos de respeto, ética y moral?

¿Es que le damos más importancia a un edificio arquitectónico que a la propia Naturaleza?

Muchas de estas preguntas y otras tantas han sido parte de nuestros últimos días. 

La incomprensión frente al fanatismo y la intolerancia, la falta de sensatez, responsabilidad y cordura frente a los desastres naturales hace que muchos temamos el destino de nuestro futuro inmediato, la incertidumbre de hacia donde vamos, la temerosa pregunta de que será de nosotros en tan sólo unos pocos años más. 

Es crucial que entendamos el “para qué” de estos acontecimientos. 

La humanidad está cambiando de paradigma. Durante cientos de años, hubo personas que ocupaban lugares dominantes, eran seguidos ciégamente por las masas, ellos eran venerados, endiosados o detestados y marcaban el rumbo de las personas dominándolas por la fuerza o el temor. 

La horda, ciega e ignorante, se dejaba llevar inconsciente. 

El “líder” decidía y pensaba por ellos. 

A partir de los últimos 50 años y más intensamente en la última década, esto fue cambiando. 

Los gurúes religiosos desaparecieron, los líderes políticos son cuestionados, las máscaras y velos se caen. Las mentiras no se sostienen. Salvo por los fanáticos que los siguen a tontas y a ciegas. 

Y aquí aparece la primer pregunta de la masa crítica. ¿Cómo pueden seguir ciégamente a esos tiranos, insensibles, indiferentes y egoístas que van por sus propios beneficios y son indiferentes a los recursos naturales, a otros seres vivos y sus necesidades?

¿Porqué nos empieza a parecer extraño que la gente en general no cuestione desde la Conciencia, la falta de valores humanos y de espiritualidad en su accionar?

El error es preguntarse el porqué estas “personas inconscientes” hacen lo que hacen. Ya que nunca entenderemos la respuesta. 

La clave está en enfocarnos en lo que “sí queremos”, hacia donde queremos ir los que estamos “concientes” potenciando la empatía entre las personas que vibramos el cambio de paradigma, desoyendo las noticias manipuladoras, malintencionadas y partidistas, y enfocándonos en la meta que queremos alcanzar. 

El foco a partir de ahora, es la clave de nuestro éxito como comunidad y como humanidad

, el foco en los valores, la verdad, la responsabilidad, el esfuerzo mancomunado y sostenido en el tiempo, de los que colaboran entre sí, sin darle importancia y relevancia a los que ponen palos en la rueda, insultan o intentan destruir lo construído. Los detractores violentos a ultranza, e inconscientes en sus cometidos. 

Tenemos que dejar de darle crédito e importancia a la vieja fuerza, al pasado de tiranos y egoístas, de gurúes engañosos, de gentes que bregan por sus propios intereses haciéndole creer a la horda que lo hacen por ellos, por su bien y crecimiento; porque si atendemos al pasado, en el pasado quedaremos. Si les damos importancia seguimos entregándoles nuestra energía y atención perdiendo la mirada de lo verdaderamente importante. Nuestra Vida. Nuestro Futuro. 

Y ya no es tiempo de estas fuerzas negativas. Ellos perecerán, ya no son tiempos de estos personajes sino de personas que lideren las voluntades de las sociedades y grandes grupos de bien. 

Los verdaderos líderes serán los que  respeten las voces de sus pueblos sensatos, no fanáticos, los que respeten la tierra y sus recursos naturales, los que dejen de enriquecerse con el hambre de otros. 

Estos son los años que vienen. 

Los años de crecimiento con respeto a las especies. Veremos cada vez más CONCIENCIA en lugar de egoísmo, más ESPIRITUALIDAD en lugar de religiones, más SENSATEZ en lugar de fachadas. 

Sino tan solo miremos los últimos diez años en este planeta, la consciencia que hemos tomado sobre los recursos naturales y su preservación dándonos cuenta como hemos dañado inconscientemente o adrede al planeta, como nos hemos aislado de la necesidad ajena por la individual. 

Millones de personas a lo largo del planeta estan trabajando concientemente en el Cambio. Pero el cambio es personal, íntimo y  comienza con nosotros. 

El cambio es silencioso; pero comprometido. 

El cambio es trabajar mi intolerancia, enojo, miedo, soledad, impotencia, injusticia, frustración para no proyectarla en mi vecino, en un inocente, en un desvalido. 

Si tengo un prejuicio, una crítica despiadada, un insulto a flor de piel, intensifico la agresión del inconsciente colectivo y el cúmulo de toda esa negatividad se transforma en guerras, matanzas, divisiones ideológicas y raciales. 

Si no hago mi pequeño pero profundo trabajo individual y sigo condenando al otro, solo infecto mi entorno de malestar y crítica, de negativismo y pobreza. 

Liberarse de las energías negativas, el miedo y tristeza que nos causan estos golpes inesperados, hacen que nos tengamos que meter dentro nuestro para hacerlos concientes, no teman en hacerlo porque cuando los desactiven de su interior se sentirán nuevamente en eje y desde ese lugar volverán más puros y despejados a ser parte de la Masa Crítica del Verdadero Cambio. 

El incendio del Amazonas es el claro ejemplo de lo que puede lograr la masa crítica.  Analicemos: pasaron días y los bosques ardieron; comenzaron las críticas, acusaciones, juicios contra los posibles “responsables”, los ánimos estaban cada vez peor y el fuego ardía cada vez más. 

Hasta que la gente comenzó a entender cómo podrian colaborar, cada uno desde su propio lugar para ayudar a revertirlo. Surgió la “conciencia” y con ella la respuesta, que fue unirse en rezo y meditación. 

Cuando comenzamos a unirnos en una misma fuerza de intención sucedió lo tan ansiado. Llovió y el fuego se apagó. 

La conciencia cambiará este planeta. La unión hará la fuerza. Veremos derrocar tiranos, egoístas y asesinos. 

Sólo deberemos unirnos en Conciencia. 

La Conciencia es Amor y el Amor todo lo muta y transforma. 

Analicen todas las situaciones extremas que hemos vivido los últimos tiempos y vean como han cambiado cuando todos nos unimos en una misma fuerza de hermandad. 

La sociedad argentina como país joven ha superado su etapa adolescente, donde éramos creidos, sabelotodos, egoístas y rebeldes, para pasar a la etapa de ser jóvenes. Los jóvenes se caracterizan por ser idealiistas, sentir que sus sueños serán realidad y que pueden cambiar el mundo con sólo intencionarlo. Que ya no son tan pedantes porque tienen algo de adultez incipiente en sus venas. Y eso es bueno, es una etapa. Y en esta etapa estamos como país. 

Es importante que cuando hablemos de “los argentinos” lo hagamos con respeto, con amor, ya que hay argentinos en todo el mundo, creando, descubriendo, inventando, argentinos soñando por un mundo mejor, argentinos dando ese don que tenemos, esa mezcla entre la flexibilidad que nos dio vivir en estado de crisis continua, obligándonos a desapegar de todo a cada paso: la profundidad de nuestro autoanálisis constante, la agilidad de nuestras mentes, la curiosidad y capacidad de reinventarnos, el ser tan amigueros y la pasión que nos corre por las venas. Empezando a destacar el merecimiento que tenemos por los años de crecimiento que llevamos cayéndonos y volviendonos a levantar con una capacidad asombrosa, dóciles, amables, solidarios, capaces de adaptarnos al cambio constante, la versatilidad de nuestras capacidades múltiples admiradas en todo el mundo. Y lo hagamos con modestia, con admiración hacia ellas. Porque reconocerlas nada tiene que ver con pedantería sino con madurez. 

Dejemos de hablar de la “viveza criolla” y otras frases viejas que ya no nos identifican. 

Realcemos la unión que hemos demostrado una y otra vez, hermanados y envueltos en banderas celestes y blancas, flameándolas con entrega y honradez en paz y respeto para defender la verdad, la transparencia y la justicia. 

Bajo la ancianidad de Asia, el abuelazgo de Europa y la adultez de América del Norte; yergue este país joven con ganas de Ser y Crecer; con algo muy a favor, y es que los jóvenes son el Futuro. 

Seamos el Cambio, soñemos en hacerlo Realidad.

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