15 Mar
15Mar



Con los estímulos visuales de las últimas décadas, hemos perdido en gran parte la conexión simple y directa con el otro.

Nos sentimos atraídos hacia una persona y automáticamente comenzamos a compararla con otra.

Sus atributos y atractivos la definen y la hacen o no encajar en nuestra lista de deseos.


Las mujeres creen que esa persona cumplirá con todo lo que espera de él, y los hombres con los atributos que la harán deseable frente a los otros. 


¿Dónde queda la esencia de lo que esa persona verdaderamente ES en lo SIMPLE? 


¿Dónde está la sincera corriente afectiva entre ambos? 


Hijos de "sociedades productivas", el incansable motor por "llegar y tener" nos ha vuelto voraces, insaciables, nada alcanza para satisfacernos, siempre hay algo más bello, más joven, más poderoso, más deseable y más moderno. 


Inconscientemente nos dejamos escindir de nuestra propia "esencia" de los valores más simples y sinceros que habitaban en nosotros, volviéndose, el resultado y lo que se muestra, lo único importante.


Se ha hecho cada vez más dificil llegar a conocer al otro en profundidad, la relaciones en su mayoría se han destacado por ser cada vez más superficiales y banales, un desfile de atributos externos sin contenido, un show de frases hechas sin comunión con el íntimo pensar, una triste y desoladora desconexión de la persona con su propio SER. 


De una u otra forma, las personas se alejan de su propia esencia y por consecuencia se alejan de "quien es ese otro".

Dejarlo ser, expresarse, accionar e interrelacionarse libremente es algo que recién está surgiendo en los vínculos de a dos.


Las viejas formas aun están muy instaladas en las parejas, las crisis vinculares de las últimas décadas están terminando de quebrar para siempre con este tipo de relación. 


Las medias naranjas, las sociedades afectivas, el complemento con el otro, la entrega desmedida, el correrse de uno mismo para agradar o ser aceptado, serán formas obsoletas en unos pocos años más. 


Lo que ya está naciendo, aun gateando y a los tumbos es la "intersección de individuos plenos". 


Recordemos cuando éramos chicos y en matemática nos enseñaban conjuntos, como dos círculos individuales con sus propias reglas y equilibrio, que se fusionaban en parte a otro círculo de las mismas características. 

Esta "intersección" hacía que el campo compartido lograra un tercer espacio con sus propias reglas, leyes y patrones, a veces parecidas y a veces no, a la porción de círculo que quedaba por fuera. 


Esto es exactamente como debe pensarse el Amor de Pareja. Un espacio único con pautas compartidas entre dos individuos que pactan un espacio en común, pero sólo una parte de ellos compartirá esta intersección, la otra seguirá siendo autónoma para habitar sus espacios individuales, familiares, laborales y sociales.


Concebir esta nueva tendencia es entender la Nueva Pareja, lo que poco a poco está surgiendo naturalmente entre las personas que quieren compartir sus vidas con otra; una vez que se conocieron, habitaron y descubrieron a sí mismas.


No hay pareja en equilibrio si no hay individuo en equilibrio. 


El enorme compromiso que nos queda como sociedades, ya no proviene del afuera. El enorme cambio de este tiempo viene de adentro, es interno. 


Es PROPIO. 


Solo nosotros sabemos lo que sentimos, solo en nuestro íntimo Ser podemos procesar nuestros dolores y soledades para no inculpar y proyectarlas en un otro; pero para eso hace falta mucha valentía, mucho coraje, mucho don de gente, ya que en ese arduo camino hacia los túneles de nuestra sombra nos encontraremos con lo más temeroso que hayamos podido atravesar jamás; nuestra SOLEDAD Y DESAMPARO; pero les aseguro que será la única manera de revelar la propia luz que hay en nuestro interior. Nuestro verdadero SER.


La conciencia colectiva se alimenta de la conciencia individual y lo que se está generando es un nuevo cambio en la Humanidad. Un salto cuántico. 


Los vínculos sinceros, ya están entre nosotros, ya se vislumbran las nuevas parejas, posibles no idealizadas; pero es nuestra responsabilidad y para ello tenemos que seguir trabajando en nosotros mismos para gestarlo día a día, para participar activamente de esta maravillosa existencia. 


@cda.psicologia

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