Como se enamoran hombres y mujeres
Los hombres son básicos en su conformación psíquica.
En las situaciones de la vida, se caracterizan por ser simples y lineales.
No comparten su intimidad con demasiadas personas y en su mayoría, ni con sus amigos más cercanos (si los tienen).
En general, son cómodos y apuntan en su vida a que lo afectivo les provoque el menor trastorno posible.
Compañía, SÍ; perturbación de su paciencia, NO !!!
No ceden su tranquilidad por nada del mundo, no quieren, ni saben cómo descifrar los comportamientos hormonales femeninos.
Lo que pretenden es evitar un problema con ellas, a las que no entienden, aunque tratan de hacerlo.
El punto es, que el hombre es resolutivo y cuando escucha el problema, reclamo o planteo femenino, tiende a solucionarlo práctica, rápida y simplemente, no escucha, ni entiende lo que demanda, sólo quiere solucionarlo y pasar a otra cosa.
No entiende que el deseo femenino, es ser entendidas y esto el IMPOSIBLE !!!
La característica más notoria, de los hombres, es “el amurallamiento” la capacidad de ir metiéndose para adentro y encerrarse a medida que pasan los años.
Sus problemas se van acumulando, pero no elaborando, como lo harían las mujeres, ellas los ponen del derecho y del revés, lo conversan con sus amigas, frecuentan psicólogos.
Los hombres los ocultan en lo profundo y siguen acumulando, mascullan un tiempo, tal vez años, y pueden pasar la vida entera sin resolverlo.
Pensemos cuantos hombres son infelices en su matrimonio y no toman la decisión de separarse, es la mujer en un 80% la que determina la ruptura.
Esto sucede, porque ellos tienen una preponderancia de su hemisferio izquierdo, el analítico, allí todos los problemas se organizan y ordenan, se desafectivizan.
Aman con la cabeza, no lo olvidemos. Allí todo debe explicarse con palabras, como si las mujeres pudiéramos explicar lo que sentimos ?!?!?
Los hombres psicológicamente son más elementales, no entienden las exigencias de las mujeres, no es mala voluntad, es que los planteos femeninos, son demasiado complejos para su entendimiento, ellos son más claros y van al punto.
Cuando un hombre dice: “Voy al futbol con mis amigos”, no es más ni menos que eso (en su amplia mayoría)
Para la mujer esto conlleva varias interpretaciones “Ya no me quiere como entonces”, “Antes hubiera dejado todo por mi”. “Tendrá otra y la llama futbol”…
Las mujeres, en cambio, cargan una psiquis rebuscada, las cosas, las elaboran una y mil veces, en su trabajo, con las vecinas, cuñadas, primas, amigas, charlar de lo que les pasa, es lo cotidiano, lo que las enriquece, las nutre y les da significado a su existencia.
Lo que prevalece en la mujer es el hemisferio derecho, el emocional, que a veces pasa a ser el “hemisferio dramático” ya que la vida se convierte en tragedia griega, perdiendo por momentos la razón y el sentido común y remitiendo todos los sucesos de la vida “por un hombre”.
El amor proviene del corazón y de la fantasía de los sueños.
Las mujeres padecen de sí mismas, de sus emociones descontroladas, del fatalismo con el que acontecen y existen, cuanto más componentes de este tipo encontremos, más atormentada resultará su existencia.
Lamentablemente, estas aspiraciones se transforman en exigencias dirigidas hacia los hombres.
“Todo pasa por ellos” “Ellos son el mundo mismo” entonces, “Ellos no nos hacen felices”
Nada más injusto e inmaduro.
Gracias a esta modalidad, las mujeres sostienen muchos reclamos hacia los hombres y ellos nunca hacen lo suficiente, para complacerlas.
Se espera demasiado de ellos; pero recuerden que son simples y cómodos!!!
El hombre no hace feliz a una mujer, ni la mujer hace feliz a un hombre; se trata de que cada uno elabore, madure y encuentre su equilibrio para poder compartir su vida con otro.
Las mujeres debemos saber que si queremos contención deberemos apelar a otras mujeres, ellas si nos entenderán y sabrán de que les estamos hablando, los hombres nos pueden hacer sentir protegidas, pero nunca nos entenderán aunque hagan el mayor de sus esfuerzos.
Somos psicologías muy diferentes y esto no cambiará, sería fabuloso para nosotras saber y reconocer, que ellos son lo que son y no nos entenderán en nuestra profunda complejidad, entonces dejaremos de exigirles que traten de hacer lo que no están conformados a hacer.
Dejaremos de estarles encima y nos ocuparemos de nuestras cosas.
Compartiremos con nuestras amigas o madre, nuestros vaivenes emocionales, y lograremos parejas más simples y estables.
Extractado de libro “Los hombres aman con la cabeza, las mujeres con el corazón