¿Es posible perdonar una infidelidad y seguir adelante?

FUERA DEL DIVAN 


EN ESTA EDICIÓN: “¿ES POSIBLE PERDONAR UNA INFIDELIDAD  Y SEGUIR ADELANTE?”


Una situación crítica, que marca un antes y un después en la pareja: cuando uno de los dos es infiel. ¿Cómo superar la desilusión? ¿Se puede dejar atrás y abrir un nuevo capítulo en la relación?


Salud Alternativa: Claudia, hoy me gustaría que hablemos de un tema muy complicado y doloroso: la infidelidad. Cuando uno de los es infiel, se produce una situación crítica que marca un antes y un después en la pareja. Justamente eso es lo que quería preguntarte: ¿Existe un después? ¿Se puede dejar atrás, olvidar o perdonar una traición semejante y abrir un nuevo capítulo en la relación?

Claudia De Angelis: ¡Uauhh! Que tema, Julia. Hay varias respuestas para esta pregunta porque hay varios puntos a partir de los cuales podemos contestar. Vamos por orden para poder abarcarlos todos.


SA: Empecemos por el principio, entonces.

CDA: Para comenzar, definamos que el acto de infidelidad no es hacia otra persona sino hacia uno mismo, ya que es uno el que es infiel a la decisión tomada, a lo elegido. El no tener en claro nuestros sentimientos produce un estado de inseguridad y debilidad de la personalidad que al fracturarse puede derivar en infidelidad.


SA: Pero además de manifestar una crisis interior de la persona que la comete, una infidelidad también indica que algo no anda bien en la pareja. Son como dos situaciones que se dan juntas, ¿no?

CDA: Absolutamente, la infidelidad es una alternativa que se utiliza frecuentemente para tapar la grieta o el agujero que surge dentro de una relación. Podemos describir casos desde lo más a lo menos patológico.


La infidelidad como estilo de vida 

SA: ¿Cuál es el caso de infidelidad más patológico? 

CDA: Yo lo llamo “el eterno infiel”. 


SA: ¡Qué título que le pusiste! (Risas) ¿Cómo es un “eterno infiel?

CDA: Es aquel que, sin importar la razón o situación en la que se encuentre, la única respuesta de su accionar será ser infiel. No tiene paz y se enorgullece de eso. No le hace falta que nadie lo provoque para hacerlo una y otra vez. 


SA: ¿Busca ser infiel?

CDA: Si, es una persona insaciable, nada la colma. No sabe lo que quiere, básicamente porque no se conoce. La infidelidad resulta de la extrema necesidad de ponerse a prueba para ser la persona elegida y aceptada, de sentir que siempre está vigente. Nada la atrapa y es ilusoriamente libre, aunque emocionalmente es frágil, débil e inconsistente. 


SA: ¿Y qué significa para esa persona la infidelidad?

CDA: Un modo de vida, donde su narcisismo está de fiesta. La conquista es su forma de vida y una vez lograda pasa a otra presa. La infidelidad, en este caso, es un estado donde, al franquearse las barreras de la seguridad del Ser, se pone en juego el ego, la cáscara. Para el ego -la parte más frágil de la personalidad- siempre es necesario el combustible de los halagos, conquistas, aplausos y adulaciones. Cuando estas van mermando por la cotidianeidad y la costumbre, muchas personas caen en un letargo, fruto de la falta de emoción, pasión o enamoramiento. Entonces se abre la puerta que dice “En búsqueda de nuevas emociones” (risas).

 

SA: ¿A dónde conduce esa puerta? 

CDA: A nuevas emociones, llenas de curiosidad y adrenalina, sacan el polvo a lo estancado y conocido, y abren un supuesto mundo de aventuras y despertares. En la mayor parte de los casos, habitan los baches que van instalándose en una relación a medida que pasa el tiempo. Así, la infidelidad no necesita provocación, ni responder a un estímulo, es simplemente una elección de vida que se repite. 


Terceros en dicordia 

SA: Hablemos ahora de otros casos de infidelidad: cuando ésta es consecuencia del devenir de la relación, la pérdida del interés por el otro, el aburrimiento…

CDA: Bueno, en este caso la responsabilidad no es de una de las partes como en el caso que describíamos antes (el infiel empedernido), sino que es una responsibilidad compartida que provoca una grieta por donde puede filtrarse un tercero.


SA: Los famosos terceros en discordia, como se los llama popularmente….

CDA: Esos mismos. Las grietas o fisuras en una relación posibilitan la entrada de personas ajenas a la pareja y aquí la responsabilidad es compartida. Muchas veces los distintos momentos de la vida nos distancian del otro, nos hacen meternos para adentro.


SA: ¿Cuáles son esos momentos?

CDA: Por ejemplo, estar susceptibles o irritables por mucho tiempo, atravesar una crisis personal, no poder superar alguna situación particular, la dejadez física y estética. Cuando este estado se instala por un tiempo prolongado, puede ocurrir que ambos sostengan el alejamiento y esto propicie una infidelidad.


SA: También se puede producir una infidelidad de ambas partes. 

CDA: Estos casos son muy comunes en el consultorio. Cuando las cosas suceden de a dos, si uno es absolutamente honesto y justo con la situación, este tipo de infidelidad se entiende porque es compartida por ambos. La responsabilidad debe ser compartida y debe analizarse que fue sucediendo para que ambos llegaran a ese punto.


SA: ¿La infidelidad es más perdonable cuando los dos engañan? 

CDA: No necesariamente, pero digamos que ayuda, (risas). En este caso, si se trabaja en conjunto, la infidelidad es un detalle menor e irrelevante a tomar en cuenta y puede llegar a dejar un aprendizaje profundo en cada integrante de la pareja, afianzando mucho más el vínculo con el correr del tiempo.


SA: ¿O sea que en un caso así la pareja puede fortalecerse y seguir adelante?

CDA: Exacto. Este es un claro ejemplo de cómo algo “negativo” puede servir para crecer, convirtiéndose en “positivo”. Esto en psicología se llama RESILIENCIA. Aquí la infidelidad es un desliz o un error, que si ocurre en una pareja donde hay amor, se puede perdonar y acopiar la experiencia, volviéndola más consolidada.


SA: ¿Puede suceder que algunos de los dos no pueda o no quiera perdonar? 

CDA: El problema con el que podemos encontrarnos aquí es que los seres estamos formados por el EGO (personalidad) y el ALMA que trasciende el cuerpo. Al ego le duele la infidelidad y no suele perdonar. Juzga, odia, condena reprocha, se venga. Habla desde el lenguaje de la propia fragilidad, inestabilidad y temor con el que está hecho. Los aplausos y halagos desaparecieron y no sólo eso: también lo cambiaron por otra persona. Uno queda mal parado frente a la vista de los otros, escindido, indefenso y la manera de rearmarse es culpando a otro como absoluto responsable.


SA: ¿Y el alma? ¿Cómo procesa la infidelidad?

CDA: El alma, en cambio, ve a través del amor incondicional. Ella siempre entiende  temores y debilidades en los cuales la persona pudo haber caído, quedando expuesta a ahogarse en una infidelidad. No olvidemos que en estos casos, la misma se vive con mucha culpa, no es algo que se disfrute a pleno, sino un problema en el que uno se mete.


SA: Lo vive con culpa, pero lo hace de todas formas. ¿Cómo se entiende esa decisión?

CDA: Hay una contradicción entre la debilidad e inseguridad del ego que te lleva a la infidelidad y el amor hacia la otra persona que te pide evitarlo. Prevalecerá la que se conecte con la parte más fuerte en ese momento, si es el ego, se dará paso al engaño; si es el alma, se lo evitará.


SA: ¿Y esto se puede perdonar?

CDA: Cuando se analiza el proceso previo al acto de infidelidad, si uno logra correrse del prejuicio, la respuesta viene sola. Lo que contamina la posibilidad de develarla es no asumir nuestra parte en dicha cuestión y darle demasiado protagonismo a nuestro ego.


SA: No queremos asumir responsabilidades y por eso no lo vemos venir. Es como si la infidelidad nos sorprendiera. 

CDA: Exacto. Como veíamos en nuestra conversación anterior, es lo mismo que ocurre cuando una amiga nos traiciona: “Ya había indicios que estaban hablando de traición y no quisimos verlos, pero ya estaban presentes”.


SA: Indicios de traición… ¿qué se traiciona en estos casos? 

CDA: La infidelidad es un modo de traición al pacto preexistente monogámico que acordaron ambos integrantes de la pareja.


SA: ¿A qué te referis con preexistente?

CDA: Para que una pareja se consolide como tal, hay pactos de fidelidad que se dan por entendidos al comenzar un proyecto juntos. Uno de ellos es la fidelidad. El hombre es monógamo culturalmente; pero no por naturaleza, lo cual hace complicado el hecho de no caer en una infidelidad. 


Permiso para fantasear 

SA: La fantasía es un acto de infidelidad?

CDA: Es un recurso que se utiliza para evitarla.


SA: ¿Estás diciendo que las fantasías son una forma de no caer en la infidelidad?

CDA: Digo que la psiquis la utiliza como recurso de sublimación. La sublimación en este caso, es llevar al plano de lo mental algo instintivo y físico. Y con respecto a esto, una de las preguntas que suele aparecer mucho en el consultorio es si fantasear con terceros es ser infiel. La respuesta es que la fantasía pertenece al orden de lo ilusorio y la realidad está hecha de actos que la sostienen y permiten llevar a cabo (realidad).


SA: Entonces, ¿fantasear con otra persona no es ser infiel?

CDA: La respuesta es NO.


SA: Menos mal (risas).

CDA: Pensar o fantasear NO es ser infiel si es algo casual o esporádico. Por ejemplo, si para poder tener relaciones con mi pareja tengo que pensar o imaginar que estoy con otro porque sino no funciono, más que infiel, soy INFELIZ, que son dos cosas muy distintas.


SA: Hay una gran diferencia…

CDA: Sí, en este último caso ya no hay vínculo. La persona está ausente con su corazón y presente con su cuerpo, ocupando ese lugar por algún interés particular.


SA: Como para ir cerrando la charla, repasemos: ¿es posible perdonar una infidelidad? 

CDA: Hay casos en los que la infidelidad no enriquece a nadie, ni al que la vive ni el que la sufre, como en el primer ejemplo del infiel empedernido. Pero hay otros casos donde se puede perdonar, siempre y cuando haya grandeza de alma. Si el que prevalece es el ego, no hay forma de perdón posible.


SA: Si decidimos perdonar, ¿Cómo sigue la relación?

CDA: Hay que tener en cuenta que si se decide perdonar, no hay más facturas para pasar. Es decir, hay que enterrar en el pasado lo sucedido y vivir el afianzamiento y lo que se aprendió de ello.


SA: Una misión imposible para los rencorosos.

CDA: En realidad, no es fácil para ninguna persona; pero la vida nos pone en situaciones incómodas muchas veces y de lo que se trata es de capitalizar lo que nos pasa.


SA: ¿Y cómo manejamos la desilución?

CDA: La desilusión deberá dejar paso al análisis y trabajarla hondamente para superar el desagradable momento sufrido y para volver a colocar al otro en el lugar de ser el elegido. Si se mantiene, no hay posibilidad de seguir adelante con la relación. Siempre hay un plus que le agregamos a la persona amada, un plus imaginario que le vemos y que no tiene, si eso se pierde y se instala la desilusión, es muy difícil que la pareja siga adelante.


¿Cómo detectar una infidelidad?

Ante un momento de duda acerca de la fidelidad de la pareja, es importante prestar atención a los cambios que se presentan, especialmente si se dan en forma simultánea: 

  • Evaluar si la pareja nos presta más o menos atención: En muchos casos, un incremento repentino en los cuidados, regalos y sorpresas puede estar indicando un grado de culpa que intenta calmarse por este medio. 
  • Lleva un control excesivo de ciertos elementos de comunicación: teléfono celular, computadora, correo electrónico y mensajes entrantes.
  • No te deja ni a sol ni a sombra, te controla tus horarios y te deja en casa, para luego irse a hacer “sus cosas” Casi siempre este tipo de persona busca parejas dependientes
  • La indiferencia paulatina y el desinterés, son altos factores de riesgo.
  • Vaguedad e inexactitud en las respuestas, evasión de diálogos junto con un relato confuso o contradictorio, también son indicios de una posible infidelidad.
  • Marido que te llena de hijos, mientras ocupan todo tu tiempo en la crianza de ellos, te dan todo lo necesario para que no distraigas tu atención de los cuidados maternales, mientras ellos cada vez : “trabajan más para mantenerlos”. 
  • Los jueguitos de seducción fuera de lugar con tus amigas y conocidas
  • Cambios en la vestimenta y en la imagen personal. De pronto comienza a preocuparse por su imagen y le interesa ponerse en forma. 
  • Siempre tiene distintos motivos para estar cada vez menos tiempo en casa.