Cómo dejar de vivir en el pasado

EN ESTA EDICIÓN: “¿Cómo dejar de vivir en el pasado?”


INTRO

Ya sea porque “todo tiempo pasado fue mejor” o porque tuvimos vivencias muy dolorosas y traumáticas, a todos nos cuesta dejar atrás el ayer. Sin lugar a dudas, las cosas que nos pasaron nos marcan y definen lo que somos, tenemos nuestra mente y nuestro corazón llenos de recuerdos… pero, ¿qué sucede cuando el pasado no nos deja vivir el presente?, ¿por qué hay ciertos recuerdos que nos estancan, impidiéndonos avanzar y crecer?, ¿por qué nos pesa tanto lo que ya pasó?

De este tema hablamos con nuestra especialista, la Licenciada Claudia De Angelis. En una charla riquísima. Nos explica cómo cerrar viejos capítulos de nuestra vida para poder disfrutar el presente de manera plena y real. Si bien no es una tarea fácil, liberarse de esa carga del pasado es posible si aprendemos algo de cada experiencia que vivimos. 


Salud Alternativa: El otro día encontré una cita de Osho que me pareció muy interesante y, por eso, decidí traerla hoy a nuestro encuentro. La frase dice así:

"La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que haz de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas es tu vida... y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás".

Básicamente, esta frase habla de la importancia de vivir el presente, de no perder de vista el aquí y el ahora… Justamente, eso es lo que me preguntaba, ¿Cuántas veces vivimos la vida así, pensando y disfrutando sólo del presente? Casi nunca. Más bien creo que vivimos pendientes de lo que pasó y lo que pasará, y eso muchas veces se vuelve un obstáculo para el normal desarrollo de la vida. Pero, ¿por qué vivimos pendientes del pasado? ¿Por qué nos pesa tanto lo que ya pasó? ¿Qué es lo que nos ata al ayer?

Claudia De Angelis: Muchas cosas: apego, pérdidas, mandatos, miedos, inseguridades, estructuras, recuerdos… todo esto nos ata al pasado. El problema es que si nos detenemos en estos puntos, formulamos y reformulamos la vida parados siempre en el mismo lugar. 


SA: Pero los recuerdos siempre están en nuestra mente y en nuestro corazón… 

CDA: Una cosa son los recuerdos y otra el enfoque con el que miramos la vida. Si nuestro punto de vista no cambia, decodificamos los hechos siempre de la misma manera. Los distintos puntos de vista y la flexibilidad vivida en “cada presente” (ya que cada aquí y ahora marca uno), hacen que nuestra vida se enriquezca en posibilidades y opciones para salir del lugar rígido que nos propone “el pasado”, que es fijo, estático, inamovible, porque ya sucedió y no hay posibilidad de modificarlo.


SA: Pero hay muchas personas que viven pensando y repensando las cosas que ya pasaron…

CDA: Así es. Y una persona que mira el pasado continuamente, lo habita


SA: ¿Y cuál sería el problema de “vivir en el pasado”?

CDA: Si habitamos el pasado nada “real” nos ocurre en el presente. No tenemos suficiente atención para conectarnos con nuestro día a día, ya que el mismo queda cargado de fantasmas, historias desvirtuadas e idealizadas que distan de la realidad. El pasado se caracteriza por llevar agregados que lo tergiversan y desvirtúan y hacen que veamos nuestro presente de una manera engañosa.


SA: ¿Y esto no está relacionado, en parte, con ciertos temores?

CDA: Claro y es otro punto importante con el que nos encontramos, el miedo. Vivir en el pasado llena el presente de miedos, así como vivir en el futuro lo llena de ansiedades. El miedo, en este caso, opera como “carga extra” que se le suma a las vivencias. El miedo al que me refiero, puede estar provocado por las inseguridades, debilidades de carácter o momentos de soledad que padecimos frente a hechos acaecidos hace tiempo, que nos atemorizan y bloquean para enfrentar los nuevos.


La idealización del pasado y el autoengaño

SA: Muchas veces, el vivir pendiente de lo que ya pasó se justifica porque “todo tiempo pasado fue mejor”, se vive el presente con el anhelo de volver a eso que era bueno y que ya no existe. Es una especie de idealización del pasado…

CDA: Tal cual. Es muy habitual, por ejemplo, cuando alguien fallece: se idealiza a esa persona, se tiende a recordar lo bueno y olvidar lo malo, e incluso se dicen cosas de ella que nunca ocurrieron. Y se vive haciendo cosas en función de lo que pensaría o como lo vería si estuviera vivo. 


SA: Pero a veces la idealización es tan exagerada que formamos una imagen de esa persona totalmente distorcionada, distinta a lo que en realidad era.

CDA: Claro, es como vivir una mentira. Una historia que se ajusta a lo que necesitamos recrear y recordar, recortando lo que nos conviene y olvidando lo que nos dañó. Sin prestar atención a lo que está ocurriendo en la realidad presente.


SA: Ah, pero eso también pasa mucho con amores que no podemos olvidar…

CDA: Si, también ocurre en ese caso, no la soltamos porque olvidamos el motivo por el cual nos separamos, idealizando y añorando sólo lo positivo. Otras veces, por el contrario, la vivencia es tan negativa que sólo se vive con odio y rencor cada día de la vida y no la dejamos ir, para tener de que quejarnos y a quien culpar por todas nuestras desgracias. ¡Esto es lo que significa “vivir en el pasado”!


SA: Entonces, si esto significa vivir en el pasado, es como auto engañarse…

CDA: Si, es sostener un fantasma, una ilusión que no se ajusta a la realidad; y así intentar completar el agujero que existe en el hoy.


SA: ¿Agujeros del presente?

CDA: Si, agujeros. Las personas no soportan vivir con agujeros, con faltas o vacíos. Vivir el pasado ayuda a completar estos huecos del presente con sucesos anteriores, de una forma ilusoria. 


SA: No termino de entender. ¿Podrías darme un ejemplo?

CDA: Uno sería, negar una muerte creyendo que tenemos a la persona junto a nosotros, compartiendo nuestro día a día, como si observara todo lo que hacemos. Crear altares de adoración, con fotos y objetos de su pertenencia y vivir en función a lo que él opinaría de nuestras decisiones y nuestro accionar. Otro ejemplo, sería hablar una y otra vez de una pareja que ya no está, ni le interesa compartir nada con nosotros y pensar por ella, elucubrar situaciones, seguir contactando sus vínculos y familiares para sacar información y a partir de allí interpretar su accionar y vivir en función de lo que le pasa. Esto lo único que logra es no asumir la propia vida con la ausencia, el vacío y no podernos abrir a comenzar una nueva relación, o una nueva vida.


SA: Y así es como una persona vive en el pasado…

CDA: Exacto, vivir en el pasado es no asumir el vacío que existe en nosotros, no poder asumir que perdimos algo en el camino, sin más vuelta ni explicación. Es como seguir conectados a algo que quedó atrás, como caminar con el torso apuntando hacia adelante y la cabeza mirando hacia atrás; lo más probable es que nos choquemos con algún obstáculo, un poste, un árbol, una persona. Eso es exactamente lo que le ocurre a una persona que vive en el pasado. Se pierde de lo que está pasando, no está atenta y corre alto riesgo de “golpearse” y sufrir graves consecuencias.


SA: ¿Y cómo podemos liberarnos de ese pasado?

CDA: En primer lugar, debemos comprender que la vida se renueva y cambia todo el tiempo. Para que algo nuevo entre a nuestra vida, algo antiguo debe irse y a partir de allí surge una nueva experiencia y un aprendizaje. Este es el principio zen por excelencia, el vacío permite que entre algo nuevo, la crisis (ruptura, falta o cambio) es el principio de la oportunidad.    


SA: Lo que sucede es que las personas queremos la seguridad de lo conocido, no importa si no es lo mejor para nosotros, es lo que estamos acostumbrados a tener. Ya lo dice el refrán: “más vale malo conocido que bueno por conocer”.

CDA: Claro, pero la vida se encargará de quitarnos, movernos y sacudirnos para que atravesemos nuevas experiencias y evolucionemos nuestro Ser. Sino pensemos en todo lo que hemos aprendido a partir de la falta, del desapego, de lo que perdimos. Una mente en positivo y evolucionada tenderá a acopiar y fortalecerse con cada experiencia; una mente negativa e involucionada se quedará estancada en los hechos del pasado reviviéndolos una y otra vez desde el presente.

Justamente, la mayor sabiduría del hombre es vivir su presente, de manera plena y real, con lo que tiene y no tiene. Asumiendo que eso es lo que hay.


SA: Pero el ser humano, por naturaleza, es ambicioso, siempre quiere más de lo que tiene. Nunca se conforma…

CDA: Yo digo que la “la vida siempre nos da lo que necesitamos, pero no siempre lo que deseamos”,  el capricho y la neurosis hacen que nos enojemos mucho cuando algo no sale como esperamos.


SA: ¡Pero eso me pasa todo el tiempo! A mi y a muchas personas que conozco, aclaro…  

CDA: Claro, (risas). Pero en esta situación, nos encontramos con dos problemas: lo que no queremos aceptar y el enojo. Eso nos puede llevar a vivir en el pasado…


SA: Como conclusión, que nos dirías para ir cerrando esta charla.

CDA: Para sintetizar, tratemos de alivianar nuestro camino: 

1) trabajando arduamente para aceptar lo irremediable, 

2) seguir adelante de manera sensata, sentir, descargando todo el excedente y el desborde de nuestra emoción 

3) asumir la situación lo antes posible 

4) analizar “para qué”  sucedió y qué nos dejó de aprendizaje. 

Soltar el pasado es como soltar amarras de los lastres que no nos permiten remontar vuelo hacia nuevos horizontes.



CONSEJOS PARA LIBERARSE DEL PASADO

Cómo dejar atrás una ex pareja: Un buen consejo es deshacerse de los objetos que nos hagan recordar al otro: fotos, regalos, cortar la información de amigos en común. También es de gran ayuda hacer un listado de las cosas negativas de su personalidad y otra con las positivas y -siendo sinceros- analizar que nos quedó como aprendizaje a partir de eso: los aspectos negativos siempre nos debilitan en un principio pero nos fortalecen después. Los positivos son las que perduran para una nueva elección a futuro. Debemos aprender de ambos.


Cómo dejar atrás una pérdida material: Entendiendo que la vida es cíclica. Mira hacia atrás… ¿alguna vez un mal momento perduró eternamente? Lamentablemente, tampoco lo bueno dura para siempre. Los ciclos evolutivos son de entre 7 y 10 años, se sube y se baja, se gana, se pierde y se vuelve a ganar. La vida se basa en los ciclos de la naturaleza: el orden antecede al caos que rompe y desestructura para lograr un nuevo orden, en un grado de evolución siempre superior al anterior. A veces, no dejar ir lo irremediable a tiempo nos provoca otro problema mayor (de salud, por ejemplo) que hace que el episodio se agrave sustancialmente.


Cómo dejar atrás alguien que ya no está: Las pérdidas de seres queridos son el pesar más grande que padecemos las personas. Poder dejarlos atrás y no vivir en el pasado en este punto es la lección más difícil que se nos pide. La incomprensión de los hechos, la sensación de injusticia por la muerte de ese ser, la brutalidad o el sufrimiento de los acontecimientos hacen que este sea el punto más álgido de todos. Primero, porque la muerte es para nosotros la pérdida más dura que podamos padecer. Cada muerte resignifica la propia y hace que nos desestabilicemos indefectiblemente. Hasta las personas más espirituales se conmueven con este hecho. Asumir la pérdida es empezar a vivir en el presente, para ello es aconsejable: regalar la ropa y los objetos que utilizaba a diario. Guardar por un tiempo fotos, música o recuerdos que nos hagan melancolizarnos. Reanudar nuestras tareas diarias lo antes posible. No idealizar, ser justos y medidos a la hora de recordar. Tratar de hablar y llorar lo necesario, reconocer y sentir profundamente el dolor y la angustia, para descargar y reequilibrar nuestro estado emocional, por el tiempo que haga falta. En estos procesos no hay reglas ni tiempo: cada ser es único. 


En definitiva, ante las pérdidas de personas queridas, puede ayudar:

  • Deshacerse de los objetos que estén relacionados al otro.
  • No frecuentar lugares a los que solían ir juntos.
  • Pedir a amigos en común que no lleven y traigan información de la persona.
  • Focalizar en nuestro YO.
  • Fortalecer la autoestima, valorándose, cuidándose.
  • Llenar el vacío con espacios recreativos, incorporar nuevas actividades.
  • Creer que lo que se va da lugar a algo nuevo y que siempre lo nuevo es más parejo al momento que transitamos, por lo tanto mejor para nosotros.
  • Acompañarnos de buenos amigos que tengan sentido común y nos ayuden a ver más claro.
  • Hacer una buena lectura que nos ayude a apoyarnos en el momento en que flaqueamos.
  • Y saber que LO QUE TIENE QUE SER, SERÁ.